Como en casa, en ningún sitio. Y con más razón, en la época que vivimos. Nuestro hogar no es solo un remanso de paz en el que descansar, también se ha convertido en nuestra oficina particular y el lugar en el que desarrollamos gran parte de nuestra actividad diaria.
Ante esta situación, es muy importante que estemos cómodos y dispongamos de lo necesario para un día a día lleno de virtudes. Ahora que tenemos todo listo en nuestro escritorio, ¿cuál es la iluminación adecuada?
¿Cuántos lúmenes debe tener la lámpara que nos va a acompañar durante horas y horas?
Hoy, te ayudamos a ponerle luz a este asunto.
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Seguramente hayas leído en más de una ocasión estas dos palabras: lux y lumen. Como puedes imaginar, se tratan de dos unidades de medida usadas para describir la acción de bombillas o lámparas actuales de bajo consumo y LED.
Pero, ¿qué significan estos dos términos? Te lo contamos de una forma sencilla:
Tanto los lúmenes como los lux, son de gran importancia para el tema que hoy tratamos y conocer cuál es el nivel de luminosidad que necesitamos.
Encontrar el confort a la hora de realizar cualquier tipo de actividad, es uno de los pilares protagonistas para que podamos realizarlo con éxito. Por supuesto, a la hora de sentarnos en nuestro escritorio, no solo nos centraremos en nuestra comodidad física, también en nuestra salud ocular.
Es muy importante conocer la cantidad de lux recomendada para evitar fatiga visual y hacer un sobreesfuerzo al necesario. Ahora que conoces las unidades de medida, conviene que te contemos cuál es la normativa europea para iluminación de interiores: la norma UNE 12464.1.
Esta norma, ayuda a orientarnos según la cantidad de luz recomendada en espacios interiores de trabajo, destacando entre otros:
En resumen, una lámpara de escritorio debe tener la cantidad suficiente de lux para iluminar, sin deslumbrar, la superficie de trabajo.
Y según la normativa europea que rige este aspecto, se recomienda la iluminación de una lámpara que tenga entre 400 y 500 lux, con el fin de evitar reflejos y contar con la cantidad idónea para un ambiente de trabajo o estudio.
¿Sabías que la luz tiene temperatura? Pues así es, y al igual que la cantidad de lúmenes y luz, es muy importante conocer la adecuada para nuestra lámpara de escritorio.
La temperatura lumínica se mide en grados Kelvin (K), y puede presentar tres temperaturas básicas: cálida, neutra y fría.
A su vez, estas tres crean diferentes tonos blancos:
Aunque muchos dispositivos electrónicos dispongan de funciones para disminuir la fatiga visual, incorporando un “modo lectura” con colores amarillentos en la pantalla,
Lo recomendable para nuestro escritorio es contar con un color de entre 4000 y 5000 k, logrado gracias a una mezcla entre la luz blanca neutra y fría, con el fin de estimular a nuestro cuerpo y a la vez relajarse con una luz natural.
Estas temperaturas de luz son las más adecuadas y recomendables para crear un ambiente de trabajo ideal para la concentración y prestar atención. Por ejemplo, a la hora de estudiar, leer documentos o llevar a cabo cualquier actividad profesional.
Ahora conoces la potencia y colores recomendados para un ambiente de trabajo idóneo.
Debido a sus cualidades, las luces LED son nuestras preferidas debido a su alto rendimiento y sus ventajas en el consumo eléctrico.
Al igual, recomendamos que el brazo de la lámpara sea articulable para que la fuente venga de arriba, y esté colocada por encima del hombro izquierdo en caso de ser diestro, y del hombro derecho en caso de ser zurdo.
Con todo esto, solo podemos animarte a buscar la lámpara que más te guste para darle a tu escritorio un nuevo aire, lleno de luz.